Y comenzó otra gira de firmas, la tercera. Después de pasarme todo el verano escribiendo “Cállame con un beso” y de que éste se pusiera a la venta en noviembre, llegó el turno para los seguidores de “Canciones para Paula”. Es por ellos por los que nos recorremos media España presentando la tercera parte de la trilogía y hablando de nuestra preciosa aventura. Son once ciudades las que visitaremos en la primera parte de la gira, pero en el 2012 habrá muchas más.
El primer lugar de encuentro fue Coruña. No había estado nunca, ni desde que publico libros ni antes. Y me sorprendió gratamente. Solo pude verla de noche, pero me parece un sitio precioso.
Llegamos con retraso, porque nuestro avión se demoró en la salida. El tema de los aeropuertos es algo con lo que la batalla está perdida. No solo te molestan con todo lo que hay que hacer antes de embarcar – quítate zapatos, chaqueta, cinturón, gorra, saca el portátil, etc – sino que muchas veces los aviones no salen a su hora. Y cuando vas a toda pastilla como vamos nosotros, pues todo se complica.
Cuando Nuria, la infatigable Nuria, y yo llegamos a Coruña (lo escribiré sin “a”) tomamos un taxi y fuimos a dejar las maletas en el hotel. Allí nos recogió Jaime Bango, el delegado de la editorial en esa zona y una de las personas a las que más aprecio le he cogido en estos dos años de viajes. También llegó Moncho, uno de los comerciales de Everest en Galicia y que nos trató de manera excelente. En esto las cosas no cambian. Todos los comerciales de todas las ciudades en las que he estado siempre siempre siempre han sido magníficos en su trato. Y aquí quiero hacer un inciso. Por error, o porque no me di cuenta, o por la circunstancia que fuera, Javier Manso, el delegado de Everest en Madrid y los comerciales de la capital, no aparecen en los agradecimientos de CC1B. Les pido disculpas. No fue mi intención excluir a nadie y menos a gente que está trabajando tan duro y tan bien como ellos. Solo hay que ver como están colocados los libros en Madrid. Es una tarea, no buena, sino sensacional. Gracias de verdad y de nuevo mis disculpas.
Los cuatro nos marchamos a comer a un restaurante coruñés donde se nos unió Luis, el comercial de Vigo al que ya conocía. Charla poniéndonos al día de todo y buena comida, especialmente un revuelto de setas exquisito, y la tarta de queso de postre. Había que coger fuerzas porque el fin de semana se presentaba ajetreado.
Y después de la comida, al hotel a descansar. Creo que en la gira CPP que vamos a hacer en diciembre estos momentos serán fundamentales. Normalmente, no tenemos tiempo para hacer pausas en nuestros viajes, pero un descanso para dormir o para escribir, lo necesito. Así me levanté luego mucho más fresco y con enormes ganas de afrontar una firma que resultó muy entretenida.
El evento fue en la librería Arenas. Ya era de noche cuando llegamos. En el interior se encontraba Tania, la embajadora CPP en Coruña. No nos conocíamos mucho de la redes sociales, pero me pareció una chica encantadora y desempeñó estupendamente su papel. No pudo comer con nosotros porque tenía examen, pero espero que la próxima vez pueda pasar más tiempo viviendo desde dentro la experiencia.
La librería se llenó. No solo las sillas que colocaron, sino hubo gente que tuvo que quedarse de pie. Había mucha expectación, tanto de los seguidores, como por mi parte por ir a Coruña desde hace tiempo. Y los lectores, en su mayoría chicas, no fallaron.
Pude saludar por fin en persona a Lolita Ares, que llevaba meses y meses pidiendo que fuera a su ciudad. Y también a Irene Cortizas y Cris Rico, dos de las clásicas de “Canciones para Paula”, que llevan desde prácticamente el principio. Fue un placer chicas. No puedo nombrar a todo el mundo porque mi memoria no da para tanto, mis despistes son habituales y porque necesitaría dos páginas más jaja. Espero que me perdonáis. El agradecimiento a todas y todos es general.
La verdad es que las chicas coruñesas estuvieron muy activas. Preguntaron mucho y en alguna ocasión aquello parecía más una rueda de prensa que una presentación de un libro como las habituales que hacemos. Fue divertido y les doy las gracias por su interactividad.
Me noté algo nervioso. Debe ser que he perdido un poco la práctica en esto. Aunque en todo momento me sentí muy a gusto. Es bonito ver como, de nuevo, un montón de personas se congregan en una sala para ver qué dices o qué haces, que han comprado y les gusta algo que tanto te ha costado escribir y que tienen tan buena opinión de ti. Eso no se paga con nada.
Tras la firma, estuvimos hasta las 21.40, nos despedimos de la embajadora y su madre, y con Moncho y Nuria me fui a ver la ciudad. Solo fue un paseo en coche de casi una hora, pero mereció la pena. Prometo volver.
Hotel, charla telefónica y a dormir. A las 6.45 de la mañana nos esperaba un avión rumbo a Madrid. Porque ese sábado por la tarde volaríamos de nuevo. El destino: Santander. Pero esa ya es otra historia que pronto os contaré.
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