Estoy escribiendo en el portátil, tumbado en mi cama, tranquilo, todavía algo cansado, dos días después de vivir una de las mejores experiencias que he tenido como autor. Saboreando aún los increíbles momentos de este Sant Jordi 2013. Todos sabéis que me encanta ese día y que ya es la cuarta vez que tengo la oportunidad de participar desde dentro. Para mí supone algo muy especial. Ver a tantos y tantos lectores, compartir mesa con escritores a los que admiro, formar parte de esta fiesta de rosas y libros... es un sueño.
Llegué a Barcelona la noche del lunes 22 proveniente de Lleida. En la ciudad ilerdense tuve un encuentro con los alumnos del Instituto Caparrelles por la mañana y por la tarde una firma de libros en Caselles. Todo genial, aunque cuando me tumbé por la noche en la cama del hotel, pasadas las once de la noche, estaba agotado. Este tipo de jornadas tan completas, fuera de casa, para arriba y abajo, te dejan exhausto, pero muy feliz por todo lo que vives. Fue un pre Sant Jordi muy emocionante. Me costó dormir pese al cansancio.
El día 23 me desperté a las siete y media de la mañana, una hora antes de lo que había previsto. Los nervios. No os podéis imaginar lo que es vivir este día en Barcelona como autor. Todo son emociones.
Había quedado con Anna, la persona de Planeta que me acompañó a lo largo del día y a la que agradezco infinitamente su paciencia, cariño y entrega durante todas las horas que pasamos juntos, a las 9.40 en el hotel. Así que me dio tiempo a darme una ducha, desayunar tranquilo y salir a comprar una rosa para mi chica, que viajaba hacia Barcelona en ese instante y que por primera vez compartía esta experiencia conmigo. Sé que para ella también fue un día muy especial y nunca lo olvidará. Le tengo que dar las gracias, además, por echarnos una mano con todo y por hacer este Sant Jordi único. Ester ha sido la clave de mis cinco libros y ver su sonrisa en cada una de las firmas es un extra en todos los sentidos.
Después de dejar la rosa en la habitación bajé al hall a esperar a Anna. Fue un momento curioso. Allí conocí a Josep, otra persona de Planeta que también nos echó una mano por la tarde y que es un tío estupendo, y vi a algunos autores con los que compartía hotel, entre ellos al gran Federico Moccia sin gorra! No pude saludarlo, porque iba muy deprisa y, por qué no decirlo, me dio algo de vergüenza acercarme a él. Tenemos un capucchino pendiente y espero que algún día la editorial organice algo con los dos juntos.
Cuando Anna llegó, comenzaron las prisas. No por su culpa, eh, sino por nuestro apretado calendario. Fuimos rápidamente a la tienda de Apple en Paseo de Gracia, donde más tarde tenía un evento a las 14.00, a recoger unos flyers con el Relato de Raúl para repartir entre los lectores que vinieran a las firmas. Y allí tuve la oportunidad de conocer por fin al Maestro Javier Sierra. Era una de las cosas que más ilusión me hacía de este Sant Jordi. Sabía que en algún momento coincidiría con él por calendario, editorial, etc... y la verdad es que no pudo ser mejor la impresión que me llevé de este grande de nuestra literatura actual. Es una persona amable, simpática, que te envuelve con su conversación, y que estás deseando que continúe hablando para escuchar todo lo que tiene que contarte. Hay pocos como él. Y además, es el número uno en ventas con su "El Maestro del Prado"!
Charlamos un par de minutos, porque él tenía el evento en Apple a esa hora, nos hicimos una foto y nos deseamos suerte para todo el día. Nos veríamos hasta en tres ocasiones más que ya os iré contando.
De Apple Store caminamos a toda velocidad hasta la cafetería Regina donde teníamos la foto de familia. Es la primera vez que me la hacía y estaba muy nervioso. Llegamos y no sé cuantos periodistas había. Decenas y decenas de cámaras, de micrófonos, que entrevistaban a los más mediáticos. Yo pasé totalmente desapercibido y ni siquiera posé en el fotocol, algo que, sinceramente, ni me va ni me viene y que casi agradecí. Dentro de la sala era imposible respirar del calor que hacía y de toda la gente que había. Allí saludé a Javier Ruescas, a Maxim Huertas, a Félix Toran, a Andrea de la editorial Roca, a toda la gente de Planeta que iba encontrando y a personas que no conocía de nada pero que sí me conocían a mí. Hasta que llegó el momento de la foto. Me enteré un poco tarde de que nos habían llamado así que me quedé en un extremo del grupo. Es increíble estar en el mismo lugar que Jordi Sierra, Moccia, Care Santos, Lorenzo Silva... y tantos y tantos autores con esas trayectorias tan espectaculares y que son tan queridos, leídos y admirados. Ahí es donde me doy cuenta que estoy empezando y lo mucho que me queda por aprender y que mejorar. Pero solo el hecho de formar parte de esta foto de familia en Sant Jordi es un auténtico honor y un privilegio para mí.
Fueron siete u ocho minutos de flashes, mirando para un lado y para otro... algo caótico, pero al mismo tiempo divertido.
No tardamos mucho en marcharnos tras ese ratito posando para todos los medios. Allí quedaron muchos que seguían siendo entrevistados por las teles, radios, periódicos, revistas... pero nosotros teníamos una cita con los lectores que ya esperaban en una larga cola en FNAC Triangle a las 11.00.
Eso os lo contaré mañana.
Adelanto: ¿Queréis saber que hablé con Frank de la Jungla? ¿Con quién coincidí en la comida de Planeta? ¿Qué super famosa me abrazó por detrás y me dio un beso en la mejilla?
En la segunda parte de esta crónica lo descubriréis. Esto y muchas cosas más.
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